OZONOTERAPIA

La ozonoterapia está basada en el suministro de una determinada cantidad de ozono en el organismo mediante distintas técnicas. En algunas patologías ha permitido obtener unos resultados terapéuticos sorprendentes, gracias a su efecto:

Aplicaciones médicas de la ozonoterapia

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MEDICINA INTERNA

NEFROLOGÍA

NEUROLOGÍA

REUMATOLOGÍA

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ANGIOLOGÍA-FLEBOLOGÍA

GASTROINTESTINAL

FISIATRÍA

CARDIOLOGÍA

CIRUGÍA

NEUMOLOGÍA

Hay diferentes formas de llevar el oxígeno activado (ozono) al lugar necesario. Las más usuales son las siguientes:

Aplicación directa en la piel: por medio de una bolsa de plástico: gangrenas y quemaduras.

Inyección subcutánea (por debajo de la piel): celulitis.

Inyección intramuscular (en las nalgas): dolores reumáticos.

Pequeña autohemoterapia: se extrae al paciente una pequeña cantidad de sangre -normalmente unos 10 cc-, se ozonifica y se vuelve a inyectar inmediatamente vía intramuscular. Así se consigue una especie de auto-vacuna que proviene de las propias células. Es muy utilizada en los casos de cáncer.

Autohemoterapia mayor: conocida también como “depuración de la sangre”. Se extraen de 200-300 cc. de sangre que, después de ozonificarla, se vuelve a inyectar a la vena. Es la forma de aplicación más común en el caso de enfermedades graves como la artritis, el herpes, el cáncer y las enfermedades cardíacas.

Inyección endovenosa: tiene un efecto más potente que la autohemoterapia mayor, debe ser realizada muy despacio.

Insuflación del intestino (ozono rectal): es la forma más antigua de administración interna, pues empezó a practicarse en los años treinta. La mucosa intestinal absorbe el ozono y gran parte llega directamente al hígado y le ayuda en su función de desintoxicación. Es la vía de administración en el tratamiento de la colitis ulcerosa y otros trastornos intestinales.

El médico decidirá cuál es la forma de aplicación más adecuada en cada caso.

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